Cuestiones de moda: Fast fashion y Slow fashion.

Que levante la mano quien no haya caído alguna vez en la locura de las rebajas y haya acabado comprando cosas que ni siquiera se ha puesto más de dos veces, o que ha regalado a alguien ¿Veo una mano? ¿Dos? Es difícil en los tiempos que corren no caer en la tentación del consumismo, cuando por cualquier medio nos están convenciendo de la necesidad de comprar cosas que ni siquiera necesitamos ¿Necesitas tres pares de  pantalones negros? Yo creo que no. Pero entonces, ¿por qué tengo esta imperiosa necesidad de comprar algo nuevo este mes si tengo el armario a rebosar? Queridos amigos, no sois vosotros, es la sociedad, que nos incita.

 Pero no os preocupéis, que para eso estamos aquí, para que lo detectéis a tiempo y si queréis, podáis desintoxicaros. En esta semana del consumismo, lo primero que queremos hacer es informaros sobre los conceptos que engloban este comportamiento.

Como ya sabréis muchos, empresas de moda como Inditex, Asos, y otras muchas más, nos abordan casi cada mes con nuevas prendas y tendencias para la próxima temporada (que ni siquiera está cerca aún). Así que mientras tú estás en pleno Febrero con tus jerséis de lana, empiezas a ver por las tiendas, revistas y demás vestidos ligeros y vaporosos. Bienvenidos al Fast fashion.

 El proceso de manufactura de estas prendas es muy rápido y a un bajo coste para que los consumidores puedan adquirir prendas con estilo a un precio accesibleEstas marcas han creado un concepto de producto en base a un modelo llamado «quick response», que hasta la década de los 90 no se trasladó a la industria de la moda. Esta estrategia fue desarrollada originalmente para mejorar procesos de fabricación en la industria textil, con el fin de optimizar tiempos de producción.

 Muchas veces también se asocia el Fast Fashion  con “moda desechable”, ya que al ser prendas de bajo coste, implica que  sus materiales también lo son. Principalmente  diseñados para cubrir una tendencia, en cuanto ésta se acaba, la prenda dejará de estar de moda, y por tanto la función principal ya no nos será útil. El sistema fast fashion fomenta la adicción a comprar para luego tirar ropa barata y, paralelamente, afecta a la ecología ya que la sobreproducción de prendas implica el uso de millones de litros de productos químicos y de plantaciones de fibras que constituyen gran parte de la materia prima.

 Pero parémonos a pensar… ¿Cómo me puede costar una camiseta 5 euros, con todo el proceso de producción que hay detrás? El gran desconocimiento que existe dentro del mercado textil acerca del origen y proceso de producción, hace que el valor real de estos objetos sea mucho menos del que debería. ¿Es normal que una prenda de ropa te pueda costar lo mismo que, pongámonos de ejemplo, una barra de pan? Pues sí, pero pagando otro tipo de precio por este trabajo. Muchas de estas prendas tienen detrás un trabajo esclavo, en malas condiciones y a destajo, donde el control de calidad también suele brillar por su ausencia.

fast-fashion

 Pero no todo en el mundo de la moda es el consumo excesivo. También existen otros movimientos paralelos que abogan por lo contrario. Entre ellas está el know cost, que  pretende dotar de conocimiento al acto de consumir. Por eso el planteamiento del know cost se  presenta como la alternativa al consumo excesivo; en conocer al menos las consecuencias de elegir el producto ‘X’, barato y atractivo, frente a un producto ‘Y’, más caro pero menos dañino con el modelo de mundo que queremos construir. Consumir de acuerdo a cómo se piensa. Si decides consumir productos de una dictadura que paga salarios bajos o practica la explotación infantil, estás en tu derecho. Aunque muchas veces que esto sucede es por desconocimiento, por falta de información.

El ejercicio del know cost no es muy difícil, pero requiere de paciencia y predisposición. Si a la hora de comprar una prenda, prestas atención a la etiqueta, podrás saber de una mejor manera si esa prenda se ha fabricado o no en países en vías de desarrollo.  Con la simple elección de comprar prendas fabricadas en condiciones óptimas, o con garantías de  un correcto trato a sus trabajadores, no sólo cambia tu manera de consumir, sino que poco a poco se van consiguiendo cambios a mayor escala. Después de lo ocurrido en Bangladesh, con las reacciones de los consumidores, muchas empresas han comenzado a cambiar su forma de producir, y hay una mayor responsabilidad por parte del consumidor.

Por último os hablamos de slow fashion, el cual forma parte del movimiento «Slow» en contra del ritmo de consumo y producción vertiginoso de la actualidad. El slow fashion fomenta el conocimiento: sabiendo de dónde viene nuestra ropa, cuánto cuesta traerla, y lo más importante, cómo está hecha. Consiste en  un consumo consciente, el cual nos permite aprender sobre el mundo que nos rodea, nuestra conexión con lo que compramos y el impacto que supone. Nos hace pensar bien qué compramos y para qué. Comprar sólo lo necesario, lo que nos queda bien. En este movimiento se valora más la calidad antes que la cantidad.

 El slow fashion aboga por el proceso natural, artesanal, tal como se hacía antes. Apuesta por ropa de calidad que dure más, que mantenga su forma después de los lavados y que tenga el menor impacto medioambiental posible, buscando nuevas formas de producción menos nocivas.

Muchos diseñadores y marcas actualmente trabajan dentro de este movimiento, como son La Casita de Wendy, Stella McCartney y muchos otros. También han surgido diferentes plataformas en las cuales se promueve e informa sobre esta filosofía, dando a conocer nuevos procesos y marcas. Entre ellas está Slow Fashion Spain, dirigida por Gema Gómez, y algunos blogs como Backstage Ladies y Naturóticas.

Estos dos últimos términos en realidad están estrechamente relacionados, ya que abogan por el mismo fin, luchar en contra del ritmo vertiginoso que tiene la moda actualmente, buscando las mejores alternativas.

3 pensamientos en “Cuestiones de moda: Fast fashion y Slow fashion.

  1. Excelente artículo y muy bien explicado todo. Para complementarlo podrías comentar algunos lugares dónde comprar ropa que tenga los valores que el modelo slow indica, como por ejemplo en Barcelona la tienda Humus o Grennlifestyle, la marca Ecoology, Pure Green o Fox Fibre, los zapatos Kameleonic y Slowers o en caso de modas infantil slow y orgánica, nuestra tienda online http://biobuu.com en dónde tenemos marcas como B by White, Patufet, Antón Pirulero o Kiraw.
    Felicidades nuevamente!

    David

    • ¡Gracias por tu apoyo David! Para los lugares donde comprar ropa recomendamos los blogs de moda de Naturóticas y Backstage Ladies que están más especializados en ello. Pero lo tendremos en cuenta para futuros artículos.

      Un saludo.

Deja un comentario