El mito de Deméter y Perséfone

No hay una manera más bonita de explicar ciertas cosas que con mitos, y el mito de Deméter (Ceres en el mundo latino) y el de su hija Perséfone (llamada Proserpina en el mundo romano) es uno de los más bonitos para explicar el cambio de las estaciones.

La historia es simple. Deméter, hija de los dioses Saturno y Ops, era la diosa de la agricultura, las cosechas y la fecundidad, y enseñó a los hombres a cultivar la tierra, recoger trigo y fabricar pan. También era la hermana de Hera, Hestia, Poseidón, Zeus y Hades.

Zeus quedó prendado de su belleza, y de su unión nació una hija llamada Perséfone. Perséfone, era considerada una gran belleza y debido a esto, su tío Hades quedó enamorado de ella, llegando a raptarla un día que la joven recogía flores por un paseo en el campo. Desesperada, Deméter buscó a su hija por todo el mundo, dejando así de lado el cuidado de los cultivos y de la agricultura, y provocando que se marchitaran y se quedasen secos y mustios.

Preocupado por su hermana y por la situación de la naturaleza, Zeus decidió tomar cartas sobre el asunto. Mandó a Hermes al inframundo, a que investigase qué pasaba con Perséfone y Hades, y sobre todo para convencer a este último que devolviese a la joven al mundo, y a los brazos de su madre que estaba sumida en la más desdichada de las penas.

Hay varias versiones de este mito a partir de este punto, en uno se dice que Hades acepta la propuesta de Zeus para sacar a Perséfone del inframundo, pero que antes de hacerlo la obliga a comer cuatro granos de granada, que es el alimento de los muertos y cuyo efecto es hacer que la joven tenga que volver al inframundo una vez al año. La versión de la mitología romana sobre este mito tiene un ligero cambio, en el que dice que fue la misma Perséfone la que comió los granos de granada, por su amor hacia Hades y porque también era un símbolo de la fidelidad matrimonial en Roma.

Indiferentemente de cualquiera de las dos versiones del mito que escojamos, el resultado es el mismo. Perséfone ha de volver al inframundo con su amado Hades, abandonando a su madre, durante varios meses a lo largo del año. Esos meses en los que Perséfone no estaba al lado de Deméter, su tristeza era tan grande que abandonaba los pastos haciendo marchitar las flores y que caigan las hojas de los árboles, el tiempo que pasa Perséfone en el inframundo es el invierno. Sin embargo, cuando vuelve al mundo y se reencuentra con su madre, las flores florecen y reviven, llegando así la primavera.

La muerte de Perséfone es cíclica y de la misma manera, también son las estaciones. Cuando tocaba la época de despedir a su hija, Deméter la despedía con sus colores favoritos: rojos y amarillos, anunciando así la llegada de la estación a la que dedicamos esta semana: El Otoño.

fuente fotográfica: arthistory.wisc.edu

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